skip to main |
skip to sidebar
2:53
Ojo Cinéfilo
Origen: Estados Unidos (2011). Dir: Glenn Ficarra y John Requa. Diseño de producción: William Arnold. Guion: Dan Fogelman. Fotografía: Andrew Dunn. Montaje: Lee Haxall. Música: Christophe Beck y Nick Urata. Protags: Steve Carell, Ryan Gosling, Julianne Moore, Emma Stone, Kevin Bacon, Marisa Tomei y John Carroll Lynch. Duración: 118 min.
El amor no correspondido, la búsqueda del “alma gemela”, las dudas sobre el “amor eterno”, la reivindicación del núcleo familiar y los engaños son los temas imperantes en esta comedia romántica dramática, estructurada coralmente y de gran elenco. Ya en la primera escena la cámara a través de un plano-secuencia muestra en un restaurant el roce “amoroso” de los pies de diversas parejas, en la cual, la compuesta por Carl (Steve Carell) y Emily (Julianne Moore) desentona. Ella no tardará en pedirle el divorcio, al parecer por su creciente insatisfacción luego de tantos años de casados. El doloroso silencio de Carl será el disparador del nerviosismo de Emily, quién acabará confesándole su affaire con un colega del trabajo (Kevin Bacon).
Otros personajes cobrarán protagonismo: es el caso de dos amigas, una interpretada por Emma Stone, la cual será seducida sin suerte por un Don Juan (Ryan Gosling), el mismo que le propondrá a Carl recuperar su hombría -a partir de un cambio de “look”- y conocer a otras mujeres -entre ellas, una hermosa maestra (Marisa Tomei)- al mismo tiempo que debe sostener como puede la relación con su conflictuado hijo de 13 años (Jonah Bobo) enamorado de su niñera, que al mismo tiempo mantiene en secreto el amor por su padre. Un comienzo qué, pese a lo convencional, gana interés debido a los múltiples personajes relevantes a la trama. Quizás en palabras parezca demasiado, pero todo esto ocurre ágilmente en los primeros minutos del film. El problema es el resto.
Si la dupla Ficarra-Requa había sabido ser subversiva, inteligente y transgresora para los cánones de Hollywood, como demostraron en su anterior film “I Love you Phillip Morris”, no se explica cómo ésta dupla se convirtió en tan conservadora y cursi a la hora de hablar de amor. Esto se puede ver con mayor grado de detalle en la segunda parte del film, cuando la narración cargada de clisés (al menos uno de los protagonistas lo afirma) adopta un tono (aún) más sentimental y confortable, donde a los pobres personajes pertenecientes a las subtramas carentes de profundización les toca encarnar papeles perniciosos para alimentar el inminente happy end.
Con una gran edición (principal responsable de varias situaciones cómicas), actuaciones de primer nivel y ciertas dosis de inteligencia le alcanza a “Loco y estúpido amor” para disimular carencias y así colocarse por sobre la media del caudal de las grandes producciones basura que engrosan la oferta de los jueves (Caso Una esposa de mentira).
0 comentarios:
Publicar un comentario