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lunes, 9 de enero de 2012
Kevin Spacey (26 de julio de 1959; South Orange, New Jersey, EE.UU.).
Actor, director y productor cinematográfico. Estudió interpretación en New York y en 1981 debutó en teatro. Pronto fue convocado al cine; en donde durante varios años desempeñó papeles secundarios, hasta que causó una notable impresión en todo el mundo por sus excelentes interpretaciones en dos películas de 1995: “Pecados capitales” (David Fincher) y “Los sospechosos de siempre” (Bryan Singer). A partir de allí, es considerado uno de los actores norteamericanos más talentosos del cine contemporáneo.
La segunda mitad de la década de los ’90 fue la época más brillante en la carrera interpretativa de Spacey. A los filmes mencionados siguieron otros muy meritorios, como “Epidemia” (Wolfgang Petersen; 1995), “Buscando a Ricardo III” (Al Pacino; 1996), “Medianoche en el jardín del bien y del mal” (Clint Eastwood; 1997), “Los Ángeles al desnudo” (Curtis Hanson; 1997) y “Belleza americana” (Sam Mendes; 1999). En general, estas cintas permitieron que Kevin Spacey destacara componiendo a personajes complejos, no demasiado agradables. Es de lamentar que, con posterioridad, Spacey haya intervenido fundamentalmente en películas mediocre o malas, como “Cadena de favores” (Mimi Leder; 2000), “La vida de David Gale” (Alan Parker; 2003), “Superman regresa” (Bryan Singer; 2006) y “Hombres de mentes” (Grant Heslov; 2009). En algunas de ellas, incluso, ha realizado caracterizaciones no demasiado afortunadas, con un dejo de afectación innecesaria. Es un llamado de atención para un intérprete talentoso, que posee un estilo más próximo a los métodos académicos que a las composiciones más naturales de los actores clásicos del cine estadounidense. Ha ganado dos Oscars, como mejor actor de reparto por “Los sospechosos de siempre” y como mejor actor principal por “Belleza americana”. Además ha obtenido un buen número de nominaciones y galardones en otras premiaciones. Ha sido productor de algunos filmes (entre otros: “Red social”, 2010, David Fincher). Y ha dirigido dos películas: “Albino Alligator” (1997) y “Beyond the sea” (2004). En esta última, además, desempeñó el rol principal. Pese a su éxito en el cine, nunca dejó el teatro. Ha interpretado obras de Shakespeare, Ibsen, Molière, Chejov, O'Neill, Arthur Miller, etc. En 2003 fue nombrado director artístico del teatro Old Vic en Londres.
Es de lamentar que, con posterioridad, Spacey haya intervenido fundamentalmente en películas mediocre o malas, como “Cadena de favores” (Mimi Leder; 2000), “La vida de David Gale” (Alan Parker; 2003), “Superman regresa” (Bryan Singer; 2006) y “Hombres de mentes” (Grant Heslov; 2009). En algunas de ellas, incluso, ha realizado caracterizaciones no demasiado afortunadas, con un dejo de afectación innecesaria. Es un llamado de atención para un intérprete talentoso, que posee un estilo más próximo a los métodos académicos que a las composiciones más naturales de los actores clásicos del cine estadounidense.
Ha ganado dos Oscars, como mejor actor de reparto por “Los sospechosos de siempre” y como mejor actor principal por “Belleza americana”. Además ha obtenido un buen número de nominaciones y galardones en otras premiaciones. Ha sido productor de algunos filmes (entre otros: “Red social”, 2010, David Fincher). Y ha dirigido dos películas: “Albino Alligator” (1997) y “Beyond the sea” (2004). En esta última, además, desempeñó el rol principal. Pese a su éxito en el cine, nunca dejó el teatro. Ha interpretado obras de Shakespeare, Ibsen, Molière, Chejov, O'Neill, Arthur Miller, etc. En 2003 fue nombrado director artístico del teatro Old Vic en Londres.
Stanley Kubrick (Nueva York, EE.UU., 26 de julio de 1928).
Con solo 13 largometrajes a lo largo de 46 años, este hombre ha quedado en la historia como uno de los cineastas norteamericanos más brillantes y reconocidos. Su cine ha suscitado diferentes reacciones, fundamentalmente entre los críticos; algunos le han alabado y otros denostado. Asimismo, algunas de sus películas generaron reacciones exaltadas por tocar temas controvertidos (el sexo, el militarismo, la violencia). De todas maneras, el conjunto de su obra destaca por una inusual calidad técnica y artística.
Nacido en el seno de un hogar de judíos no practicantes, se acercó al mundo de las imágenes a través de la fotografía, trabajando en la revista Look. A principios de los ’50 filmó tres cortometrajes. Con el apoyo económico de su familia y poco más de 20 años, realizó un primer film de larga duración: “Miedo y deseo”, que fue protagonizada por actores desconocidos y estrenada en 1953. Durante el resto de la década, Kubrick continuó filmando, cada vez con más presupuesto e intérpretes de prestigio. Merecen destacarse dos películas extraordinarias: “Casta de malditos” (1956) y “Patrulla infernal” (1957). Esta última dio lugar al reconocimiento masivo de Kubrick como cineasta meritorio.
Desde sus inicios, demostró que no le interesaba atenerse a las reglas de los estudios cinematográficos. El joven rebelde rodó luego una película inusual en su carrera: “Espartaco” (1960), con un elenco de estrellas. Posteriormente se trasladó a Londres para filmar “Lolita” (1962), de alto contenido erótico para la época. A partir de allí fijó residencia en el Reino Unido. Luego de “Dr. Insólito” (1964), realizó su film más recordado: “2001: Odisea del espacio” (1968), una obra maestra. En los ´70 dirigió otras dos cintas muy célebres “La naranja mecánica” (1971) y “Barry Lyndon” (1975). A partir de allí, su filmografía se espació cada vez más, con “El resplandor” (1980), “Nacido para matar” (1987) y “Ojos bien cerrados” (1999).
Kubrick fue un perfeccionista, capaz de reiterar una escena hasta la exasperación. Conservó para sí el control de todos los aspectos de la realización. Abarcó géneros diferentes, empleando distintas tecnologías, y trasladó a la pantalla conocidas obras literarias. Pese a ello pueden rastrearse ciertos elementos habituales en la trama de su obra: personajes sometidos a situaciones extremas, en ocasiones próximos a la locura, seres perdedores, distanciamiento afectivo, creciente violencia, desenlaces siempre alejados del happy end… Diferentes críticos le han achacado una marcada grandilocuencia, cierta frialdad y falta de compromiso emocional, carencia del sentido del ritmo cinematográfico, etc. Todo ello es bastante discutible.
Lo cierto es que este director ha filmado grandes películas, ha puesto su sello personal en el tratamiento de diversos temas y géneros, ha dirigido a sus actores con maestría y ha dejado para el patrimonio cinematográfico mundial varias escenas memorables. Entre estas últimas merecen recordarse a la del hombre mono lanzando un hueso hacia arriba y –en una admirable elipsis–, la imagen del objeto que se eleva trastocando en una nave espacial en “2001: Odisea del espacio”, a los 20 minutos finales de “Nacido para matar” y a la escena del baile entre Nicole Kidman y Skye Dumont en “Ojos bien cerrados”. Aún no estrenada esta última, Stanley Kubrick murió el 7 de marzo de 1999 en Hertforshire, Reino Unido.
Jean-Luc Godard (3 de diciembre de 1930; París, Francia)
Una de las personalidades más relevantes del Séptimo Arte, destaca por su carácter innovador y por ser un cineasta integral, pues no sólo ha dirigido películas, sino que también ha sido crítico, guionista, productor, actor y escritor cinematográfico. Artista complejo, vanguardista, provocador y militante, sus obras han resultado especies de collage de géneros dispares, pero, a la vez, las ficciones recreadas meditan en general sobre el propio cine, en ocasiones con un fuerte lirismo e imágenes poéticas. Por otra parte, pocos realizadores han tenido, como Jean-Luc Godard, un efecto tan profundo en el desarrollo del cine contemporáneo.
Vivió sus primeros años en Suiza y posteriormente en París. Durante su época de estudiante –se graduó en Etnología en La Sorbona– se gestó su cinefilia. En 1950 comenzó su labor como crítico en “La Gazette du Cinema” y dos años después pasó a colaborar en la mítica “Cahiers du Cinema”, ambas revistas especializadas en cine. Allí trabó relación con futuros realizadores, como François Truffaut, Éric Rohmer, Claude Chabrol y Jacques Rivette. Filmó un par de cortos y, en 1959, rodó su primer largometraje: “Sin aliento” (con guion de Truffaut). Este film impactó en todo el mundo; era un homenaje al cine negro norteamericano, pero con una serie de innovaciones narrativas, como filmar con cámara en mano o saltar de un plano a otro. Fue, además, uno de los primeros hitos del movimiento cinematográfico denominado Nouvelle Vague.
En plena juventud y con una personalidad enérgica y emprendedora, Godard continuó filmando asiduamente durante los ’60, generando algunas de sus más célebres películas. Entre otras: “Una mujer es una mujer” (1961), “El desprecio” (1963), “Banda aparte” (1964), “Alphaville” (1965), “Pierrot el loco” (1965), “Made in USA (1966)”, “Dos o tres cosas que yo sé de ellas” (1967) y “Week End (1967). Hacia fines de la década, el cine de este realizador se fue haciendo políticamente más radical. Godard apoyó activamente al movimiento estudiantil conocido como Mayo del 68. Adhirió al maoísmo y, entre 1968 y 1972, realizó 11 películas en colaboración con Jean-Pierre Gorin, de carácter político militante, al margen de los circuitos comerciales de distribución. En ese período, junto a otras personalidades de izquierda, creó el colectivo cinematográfico Dziga Vertov.
En 1972 realizó “Todo va bien” y el documental “Carta a Jane”, tras lo cual el grupo Dziga Vertov se disolvió definitivamente. El resto de esa década se dedicó fundamentalmente al video televisivo. Sus obras en este formato versaron sobre la comunicación, el trabajo, el amor, etc. Durante la década del 80, Godard retornó al cine comercial. Su película más célebre en esa etapa fue “Yo te saludo, María” (1985), por el escándalo que generó, aunque bastante más lograda resultaron “Sálvese quien pueda” (1980) y “Carmen, pasión y muerte” (1983). A finales de los ’80 comenzó a trabajar en uno de sus proyectos más ambiciosos “Histoire(s) du cinéma”, serie documental sobre su particular visión de la historia del cine, que el Canal Plus francés emitió en 2000.
Durante los ´90 y los 2000, amén de su dedicación a “Histoire(s) du cinéma”, Godard realizó varios cortos, algunas películas de metraje largo, como “Nouvelle vague” (1990), “Nuestra música” (2004) y “Film socialisme” (2010). Debe señalarse, asimismo, que Jean-Luc ha participado como actor en algunas de sus cintas y también en obras de otros directores, como “El signo de Leo” (Éric Rohmer; 1960), “Cléo de 5 a 7” (Agnès Varda; 1962), “Todavía estamos todos aquí” (1997) y “Después de la reconciliación” (2000); estas dos últimas de Anne-Marie Miéville, su última mujer. Varias de sus películas han obtenido galardones en festivales de prestigio (Berlín, Venecia). También logró premios por el conjunto de su carrera (Muestra de Venecia, 1982; Oscar honorífico, 2010).
A pesar de la importancia reconocida a Godard, hay un prejuicio dominante: sus grandes obras habrían sido las de los años '60, para estancarse luego su capacidad creativa. Ello es absolutamente discutible. Las películas de este gran maestro no han perdido su carácter experimentador, innovador, reflexivo sobre el cine y su tendencia a confrontar este fenómeno con otras artes. Filmes como “Sálvese quien pueda”, “Carmen, pasión y muerte” y la monumental “Histoire(s) du cinéma”, dan prueba de ello. Entre los cineastas que han reconocido recibir influencia de Godard pueden citarse a Bernardo Bertolucci, Martin Scorsese, Rainer W. Fassbinder, Wim Wenders, Richard Linklater, Jim Jarmusch y Quentin Tarantino.
sábado, 7 de enero de 2012
James Cagney (17 julio 1899; Nueva York, EE.UU.)
De origen humilde, comenzó su participación en el espectáculo (1919) dentro del teatro de variedades y sin formación específica previa, consolidándose posteriormente en Broadway como bailarín y cantante. La llegada del cine sonoro permitió que repararan en él y en 1930 fue contratado por la compañía Warner. Se inició así una de las carreras interpretativas masculinas más importantes de las décadas del 30 y del 40. Su registro abarcó varios géneros, pero se le recuerda particularmente por sus papeles en películas de gangsters filmadas en los años ’30.
El estilo interpretativo cinematográfico de Cagney estuvo marcado por el vigor y el nerviosismo. Su aspecto físico –no era apuesto y medía 1,70 m– lo alejaron del estereotipo del galán. En muchos filmes fue un enérgico villano, de rostro duro, a menudo sádico y malvado. Sus caracterizaciones le valieron la aceptación y el respeto de los espectadores durante prácticamente toda su carrera. Su paso por el cine se extendió hasta inicios de los ’60, aunque volvió a ponerse delante de las cámaras en 1981, con más de 80 años.
Profesionalmente, James Cagney mantuvo una larga relación con la Warner, caracterizada por algunos conflictos. En pleno éxito de sus películas durante los años ’30, obtuvo una notable mejoría salarial y mejores condiciones de trabajo, luego de una serie de planteos. En 1942 no llegó a un acuerdo por los honorarios y creó su propia compañía distribuidora, pero su experiencia como productor independiente fue un fracaso. Finalmente, retornó a la Warner. Dirigió una única película: “Short Cut to Hell” (1957).
Entre las películas que protagonizó se recuerdan “El enemigo público” (William A. Wellman; 1931), “Sueño de una noche de verano” (William Dieterle y Max Reinhardt; 1935), “Ceiling Zero” (Howard Hawks; 1936), “Ángeles con la cara sucia” (Michael Curtiz; 1938), “Los violentos años 20” (Raoul Walsh; 1939), “Yankee Doodle Dandy” (Michael Curtiz; 1942), “Sangre sobre el sol” (Frank Lloyd; 1945), “Alma negra” (Raoul Walsh; 1949), “Ámame o déjame” (Charles Vidor; 1954), “Mr. Roberts” (John Ford y Mervyn LeRoy; 1955), “Un, dos, tres” (Billy Wilder; 1961) y “Ragtime (Milos Forman; 1981).
En tres oportunidades fue nominado al Oscar como mejor actor protagónico, ganándolo por “Yankee Doodle Dandy”, un film musical. Debe destacarse que, incluso en sus últimas películas, Cagney tuvo siempre a cargo roles protagónicos, y que fue un excelente bailarín y estimable cantante. Se casó una sola vez (con Frances Vernon) y su matrimonio duró 64 años (hasta su muerte). Falleció en New York el 30 de marzo de 1986, a consecuencia de las secuelas de un ataque al corazón.
Wong Kar-wai (17 de julio de 1958; Shanghai, China)
A los cinco años emigró con su familia a Hong Kong. Se graduó como diseñador gráfico y trabajó en la televisión y en el cine como guionista y productor. En 1988 dirigió su primer film: “As tears go by”, que tuvo un gran impacto en el Festival de Cannes. A partir de entonces Wong Kar-wai ha desarrollado una filmografía personal, por momentos notable, que lo han erigido en uno de los cineastas más interesantes del panorama actual.
Dentro de una cinematografía como la hongkonesa, fundamentalmente dedicada al género de acción, Wong Kar-wai ha asombrado por su gran sensibilidad y delicadeza. Las temáticas de sus películas han sido variadas, pero en todas ellas es evidente el manejo poético de las imágenes, los amores desgarrados, la memoria y las relaciones entre el pasado y el presente como aspectos esenciales de la narrativa y la forma particular de encuadrar los espacios (particularmente, los cerrados).
Otro aspecto destacado en la estética de Wong Kar-wai es su tendencia a filmar sin guiones ya escritos antes de iniciar las películas. Generalmente durante la filmación va introduciendo modificaciones y giros a una idea primigenia. Esto genera una gran tensión entre sus actores y les obliga a realizar grandes esfuerzos. Sin embargo, mediante esta particularidad ha extraído grandes interpretaciones. Al respecto, conviene resaltar que varias figuras han actuado reiteradamente en los filmes de este cineasta. Entre los mismos destacan dos notables intérpretes: Tony Leung y Maggie Cheung.
Dentro de una filmografía exigua, Wong Kar-wai es autor de varias películas brillantes: “El expreso de Chungking” (1994), “Ángeles caídos” (1995), “Felices juntos” (1997), “Con ánimo de amar” (2000), “2046” (2004) y “Cenizas del tiempo” (2008). “Con ánimo de amar” es una obra maestra. “Felices juntos” (“Happy together”) fue en gran parte filmada en Argentina, la historia está basada en el relato “The Buenos Aires affair”, de Manuel Puig, y la banda musical incluye tangos de Astor Piazzolla. “Cenizas del tiempo” es una versión redux de su película homónima, de 1994. Probablemente su film más fallido ha sido “My blueberry nights” (2007), rodada en lengua inglesa y con actores occidentales.
Wong Kar-wai ganó el premio al mejor director en el Festival de Cannes 1997 por “Felices juntos” y el César al mejor film extranjero en 2001 por “Con ánimo de amar”, además de varios otros galardones internacionales. En 2006 presidió el jurado del Festival de Cannes. Algunos críticos de diversas nacionalidades le han considerado como el director oriental más cercano al cine europeo. El mismo Wong Kar-wai ha reconocido su admiración por Michelangelo Antonioni y Jean-Luc Godard, pero lo cierto es que su filmografía posee trazos evidentes de originalidad y brillantez.
Barbara Stanwyck (16 de julio de 1907; Brooklyn, Nueva York; EE.UU.)
Auténtica leyenda de la época de oro de Hollywood, debuto como actriz cinematográfica en 1927. En pocos años se afirmó como una gran estrella, aunque fueron los ’40, los años en donde se afirmó como una notable intérprete, fundamentalmente en papeles dramáticos. Su filmografía se extendió hasta la década del 60, época en la que también protagonizó importantes series televisivas.
Su nombre real fue Ruby Stevens. Vino al mundo en el seno de una familia modesta. Su primer contacto con el espectáculo fue como corista. Con el film “Ladies of Leisure” (Frank Capra; 1930) fue lanzada al estrellato. Capra la dirigió en cinco oportunidades. Otros destacados cineastas que cimentaron la carrera de la Stanwyck fueron William A. Wellman, John Ford, Howard Hawks, Preston Sturges, Billy Wilder, Samuel Fuller, Fritz Lang y Douglas Sirk.
Actuó en más de 80 películas. Entre las más recordadas: “Stella Dallas” (King Vidor; 1937), “Union Pacific” (Cecil B. DeMille; 1939), “Las tres noches de Eva” (1941), “Juan Nadie” (Frank Capra; 1941), “Bola de fuego” (Howard Hawks; 1941), “Pacto de sangre” (Billy Wilder; 1944), “El extraño amor de Martha Ivers” (Lewis Milestone; 1946), “Perdón, número equivocado” (Anatole Litvak; 1948) y “Tempestad de pasiones” (Fritz Lang). En los ’60 protagonizó en televisión “El show de Barbara Stanwyck” y “Valle de pasiones”. Dos décadas después, también en la televisión, intervino en la miniserie “El pájaro canta hasta morir” y en “Dinastía” y “Los Colby”.
Lejos de ser una mujer bella, Barbara Stanwyck alcanzó un gran nivel estelar, como pocas intérpretes lo hicieron. Ello debido a su empeño, carisma y peculiar talento, que le permitió brillar en variados personajes. Fue una eficaz heroína de melodramas, pero también destacó en la comedia, en el western y como mujer fatal en algunos policiales negros. Fue nominada cuatro veces para el Oscar a la mejor actriz, sin obtenerlo. En 1982 se le concedió un Oscar honorífico por toda su carrera. Por sus actuaciones televisivas obtuvo dos premios Emmys en los ´60 y un Globo de Oro en 1982 por “El pájaro canta hasta morir”.
Se casó en dos oportunidades, con los actores Frank Fay (1928-1936) y Robert Taylor (1938-1951). En los filmes que protagonizó tuvo como compañeros a importantes actores, como Clark Gable, Melvyn Douglas, Robert Taylor, Henry Fonda, William Holden, Fred MacMurray, Gary Cooper, Ray Milland, Humphrey Bogart, Errol Flynn, Burt Lancaster, Glenn Ford y Edward G. Robinson. Víctima de un problema cardiológico, falleció en su residencia de Santa Mónica, California (EE.UU.), el 20 de enero de 1990.
viernes, 6 de enero de 2012
Ingmar Bergman (14 de julio de 1918; Uppsala, Suecia)
Ha sido uno de los realizadores más prestigiosos y estudiados del cine de posguerra. Hijo de un pastor luterano y de una madre dominante, se crió dentro de una familia muy estricta. Con menos de 20 años se instaló en Estocolmo para cursar estudios universitarios de literatura e historia del arte. Dirigió el teatro universitario y luego fue ayudante de dirección del Gran Teatro Dramático de Estocolmo. En 1943 fue contratado como guionista por la productora cinematográfica Svensk Filmindustri. Trabajó en tal carácter para cineastas como Alf Sjöberg y Gustaf Molander. Debutó como realizador con “Kris” (1945).
A partir de allí desarrolló una filmografía prolífica, que al principio no tuvo mucho eco fuera de Suecia, hasta que adquirió fama internacional con la excelente acogida que tuvo “Sonrisas de una noche de verano” (1955) en el festival de Cannes. Paulatinamente se convirtió en uno de los directores más valorados por la crítica. Ello permitió que se distribuyera por el resto del mundo su obra anterior a ese éxito, aunque con gran desorden cronológico. La importancia de Bergman como cineasta se consolidó a lo largo de los ’60, alcanzando en la década siguiente pleno reconocimiento internacional.
En 1976, un escándalo fiscal llevó a Bergman a autoexiliarse en Munich (Alemania). Permaneció ocho años fuera de Suecia. A partir de los ’80 su filmografía se hizo más escasa, pero permaneció en plena actividad, trabajando para la televisión, continuando su tarea de guionista para otros directores (su hijo Daniel, Bille August y Liv Ullman) y publicando sus memorias en dos volúmenes: “Linterna mágica” (1988) e “Imágenes” (1990). En 2003, con 84 años, realizó su última película. Dirigió en total 46 largometrajes.
Ingmar Bergman siempre reconoció haber sido influenciado por el también cineasta Victor Sjöström, particularmente en la herencia formal del expresionismo. Escribió el guion de casi todas las películas que filmó. Su obra se caracteriza por un excelente aprovechamiento de las posibilidades del blanco y negro en primera instancia, y luego del color. Allí adquiere importancia su habitual colaborador Sven Nykvist, un notable director de fotografía. La narrativa bergmaniana es generalmente lenta, con puntos muertos. Dos temas han sido esenciales en su filmografía: cuestiones existenciales como la muerte, Dios y el sentido de la vida, por un lado, y la incomunicación en el seno de la pareja, por otro. Se trata de un cine intelectual, en ocasiones con fuertes connotaciones psicológicas.
Entre sus filmes más importantes figuran: “Un verano con Mónica” (1953), “El séptimo sello” (1956), “Fresas salvajes” (1957), “La fuente de la doncella” (1959), “Persona” (1966), “La hora del lobo” (1968), “Vergüenza” (1968), “Pasión” (1969), “Gritos y susurros” (1972), “Escenas de la vida conyugal” (1974), “Cara a cara” (1976), “Sonata otoñal” (1978), “Fanny y Alexander” (1982) y “Saraband” (2003). Tres de sus películas (“La fuente de la doncella”, “Como en un espejo” y “Fanny y Alexander”) ganaron el Oscar a la mejor película en habla no inglesa, con varias nominaciones más (película, dirección o guion). Además, en 1970 recibió un Oscar honorario por el conjunto de su obra. También obtuvo galardones en los festivales de Cannes y de Berlín, y en los Golden Globes.
Bergman fue un gran director de actores. Muchos de ellos trabajaron repetidas veces con este cineasta; tal es el caso de: Gunnar Björnstrand, Eva Dahlbeck, Harriet Andersson, Max von Sydow, Bibi Andersson, Ingrid Thulin, Liv Ullmann y Erland Josephson. Algunos (von Sydow, Bibi Andersson, Thulin, Ullmann) desarrollaron carreras internacionales. Asimismo, el cine de este director gozó de la admiración de numerosos cineastas, con reconocidas influencias sobre Andrei Tarkovsky, Paul Schrader y Woody Allen. “Interiores” (Woody Allen; 1978) es un evidente homenaje al universo bergmaniano.
Se casó Ingmar Bergman en cinco oportunidades y, además, mantuvo relaciones sentimentales con las actrices Harriet Andersson, Bibi Andersson y Liv Ullmann. Tuvo nueve hijos, entre ellos Daniel Bergman (también director de cine) y Linn Ullmann (actriz y escritora, hija de Liv Ullmann). Falleció en la isla de Fårö (Suecia), el 30 de julio de 2007.
Harrison Ford (13 de julio de 1942; Chicago, EE.UU.)
Casi todas las biografías que se le han dedicado destacan que es el actor con mayores ingresos de taquilla de toda la historia del cine. Es que, próximo a los 70 años, ha gozado de un status estelar de primacía en Hollywood. Con más de 40 años en la pantalla, logró cimentar una carrera sólida, con trabajos en películas que han sido grandes éxitos de público y en donde impuso su gran carisma, dando vida a recordados personajes.
Y sin embargo, el ascenso de Ford a la condición de estrella internacional fue un proceso lento. Mientras cursaba estudios universitarios de Letras, se interesó por la interpretación. Trabajó en un grupo de teatro y en 1964 se trasladó a Hollywood. Desde 1966 en el cine, durante algunos años desempeñó pequeños papeles –generalmente no acreditados– en un puñado de filmes, a la vez que intervino ocasionalmente en diversas series televisivas (“El virginiano”, “El FBI en acción”, “Kung Fu”, etc.) y trabajó como carpintero para ganarse la vida. En 1973 conoció a George Lucas, quien le dio un personaje en su película “American Graffiti” (1973). Siempre en roles de corta duración, también trabajó a las órdenes de Francis Ford Coppola, en dos grandes películas: “La conversación” (1974) y “Apocalipsis now” (1979).
Pero antes de “Apocalipsis now”, Harrison Ford desempeñó uno de los personajes esenciales de su carrera, el de Han Solo en “La guerra de las galaxias” (George Lucas; 1977). Esta película tuvo un inmenso éxito, lo que posibilitó dos secuelas a comienzos de los ’80: “El Imperio contraataca” (1980) y “El retorno del Jedi” (1983), ambas también dirigidas por George Lucas y con Ford reiterando su caracterización de Solo. Otro personaje fundamental fue, sin duda, el de Indiana Jones, que desempeñó en “Los cazadores del arca perdida” (1981), “Indiana Jones y el templo de la perdición” (1984), “Indiana Jones y la última cruzada” (1989) e “Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal” (2008), todas de Steven Spielberg.
Además, Ford protagonizó otras importantes películas, como “El rabino y el pistolero” (Robert Aldrich; 1979), “Blade Runner” (Ridley Scott; 1982), “Testigo en peligro” (Peter Weir; 1985), “La costa Mosquito” (Peter Weir; 1986), “Búsqueda frenética” (Roman Polanski; 1988), “El fugitivo” (Andrew Davis; 1993) y “Revelaciones” (Robert Zemeckis; 2000). Como toda estrella también ha intervenido en filmes fallidos. Esto último ha sido particularmente marcado durante los ‘2000. Sin embargo, continúa estando vigente. Recientemente ha actuado en “Cowboys y Aliens” (Jon Favreau; 2011), pronta a estrenarse en Argentina.
Solo en una oportunidad ha sido nominado al Oscar, por su caracterización del inspector de policía John Book en “Testigo en peligro”. A su vez, ha obtenido varias candidaturas al Globo de Oro. Justamente, en la gala de los Globos de Oro de 2002 se le concedió el premio Cecil B. DeMille en reconocimiento a su trayectoria. Recientemente acaba de ser homenajeado en el Festival de Cine de Locarno 2011, recibiendo el Leopardo de Oro, también por su trayectoria cinematográfica.
Harrison Ford es un buen actor, que evolucionó desde las exactas caracterizaciones de los aventureros, simpáticos y algo cínicos Han Solo e Indiana Jones, hasta composiciones más complejas y dramáticas. No posee un registro histriónico muy amplio, es cierto, pero puede afirnarse que nunca ha desentonado, con su sobriedad, elegancia y adecuado tono interpretativo. Quizás sus mejores actuaciones correspondan a las citadas “Testigo en peligro”, “La costa Mosquito” y “El fugitivo”. Pero, por sobre todo, es una mundialmente reconocida presencia cinematográfica, que ha sabido conmover a los espectadores.
sábado, 30 de julio de 2011
Frank Capra (Bisacquino, Italia, 18 de mayo de 1897)
Hijo de campesinos sicilianos muy pobres, emigró a E.E.U.U. con apenas seis años. Comenzó su actividad cinematográfica como coguionista de cortometrajes, en pleno cine mudo (década del 20). Pasó a dirigir largometrajes y en los años ’30 se convirtió en uno de los cineastas más populares de Hollywood. Justamente en esa década se encuentra lo más notable de su filmografía. En los ’40 dirigió o codirigió varios documentales de guerra. Por diversos problemas, su actividad posterior en el cine se tornó escasa. Filmó su última película en 1962.
En sus primeros films, Capra dirigió al cómico Harry Langdon, entonces muy popular, pero que declinó rápidamente. En cambio, la carrera de Frank Capra fue en ascenso, hasta lograr un gran suceso con “Lo que sucedió aquella noche” (1934). Posteriormente obtuvo importantes éxitos con películas como “El secreto de vivir” (1936), “Vive como quieras” (1938), “Caballero sin espada” (1939), “Y la cabalgata pasa” (1941) y “¡Qué bello es vivir!” (1946).
Debido al prestigio logrado a partir de “Lo que sucedió aquella noche”, se convirtió en el productor de sus films, consiguiendo una libertad creativa que no gozaba la gran mayoría de los directores de la época. Sin embargo, hacia fines de los ‘40 la compañía independiente que había creado fue adquirida por la Paramount y Capra perdió su libertad. Relegado a ciertas trabas, en la década siguiente sólo pudo dirigir tres films poco destacados y taquilleros. En su última película (“Milagro por un día”; 1961), recuperó parcialmente su vigor y destreza narrativa. A continuación sólo filmó un cortometraje e intentó, infructuosamente, llevar a la pantalla grande un tema de ciencia ficción.
Fundamentalmente, Frank Capra fue un director de comedias románticas. Sus mayores virtudes fueron una notable capacidad narrativa y un adecuado manejo de los ritmos cinematográficos. Las historias que filmó eran simples e idealistas, en donde se ensalzaba la honestidad del estadounidense medio. El mismo Capra era un idealista, pero, a su vez, consciente de que nada se conseguía si no era mediante el esfuerzo y el sacrificio personal. Ello lo trasladó a sus films, con resultados variados.
Capra prefirió particularmente a algunos actores, a quienes dirigió en más de una oportunidad y permitió su lucimiento; es el caso de Barbara Stanwyck, James Stewart, Gary Cooper, Lionel Barrymore y Jean Arthur. Pero además, también trabajó con otros afamados intérpretes, como Claudette Colbert, Jean Harlow, Mirna Loy, Clark Gable, Ronald Colman, Cary Grant, Spencer Tracy, Katharine Hepburn, Frank Sinatra y Bette Davis.
Obtuvo tres Oscars como director, por “Lo que sucedió aquella noche”, “El secreto de vivir” y “Vive como quieras”. La primera y la tercera, además, se llevaron el Oscar a la mejor película. Además, su serie documental “Why We Fight”, también ganó un premio de la Academia. Falleció el 3 de septiembre de 1991, en La Quinta (California, E.E.U.U.), a los 94 años.
Jean Gabin (París, 17 de mayo de 1904)
Uno de los monstruos sagrados del cine francés, fue hijo de actores de cabaret. Se inició en el teatro con sólo 15 años y debutó en cine en 1928. En sus primeras películas actuó en papeles secundarios. En la segunda mitad de la década del 30 llegó al estrellato y filmó, probablemente, lo mejor de su filmografía. Alcanzó gran popularidad y pasó a Hollywood, en donde no tuvo demasiado éxito. En 1943 se alistó en las Fuerzas la Francia Libre, llegando a obtener la Medalla Militar y la Cruz de Guerra. Regresó a los sets franceses en 1946. Su carrera pareció estancarse, pero logró varios éxitos en los ‘50. Siguió filmando y manteniendo su prestigio y popularidad hasta el año de su deceso.
Su filmografía abarca casi 100 títulos, entre los cuales cabe destacar a “La Bandera” (Julien Duvivier; 1935), “Los bajos fondos” (Jean Renoir; 1936), “Pepe le Moko” (Julien Duvivier; 1937), “La gran ilusión” (Jean Renoir; 1937), “El muelle de las brumas” (Marcel Carné; 1938), “La bestia humana” (Jean Renoir; 1938), “El placer” (Max Ophüls; 1952), “Grisbi” (Jacques Becker; 1954), “French Cancan” (Jean Renoir; 1954), “El comisario Maigret” (Jean Delannoy; 1957), “El clan de los sicilianos” (Henri Verneuil; 1969) y “El gato” (Pierre Granier-Deferre; 1971).
Fue uno de los actores favoritos del gran director francés Jean Renoir. En cambio, no fue considerado por los integrantes de la Nouvelle Vague (Godard, Truffaut, Resnais, Rivette, Rohmer, etc.). No obstante ello, François Truffaut le dedica un pequeño homenaje en “El último subte”, cuando la protagonista (Catherine Deneuve) explica que el actor que encarna Gerard Depardieu le recuerda al vigoroso y popular Jean Gabin, durante su juventud. La filmografía de Gabin durante los ‘60 y los ‘70 no alcanzó la calidad de las décadas anteriores, pero mantuvo su impacto en el público se y continuó siendo una estrella taquillera.
Trabajó junto a muchos intérpretes destacados, como Louis Jouvet, Michel Simon, Michèle Morgan, Simone Simon, Ida Lupino, Marlène Dietrich, Danielle Darrieux, Jeanne Moreau, Maria Félix, Louis de Funès, Annie Girardot, Brigitte Bardot, Jean-Paul Belmondo, Alain Delon, Lino Ventura, Simone Signoret, Gérard Depardieu y Sophia Loren.
Falleció el 15 de noviembre de 1976 en Neuilly-sur-Seine, víctima de un infarto de miocardio. Su prestigio es muy grande entre el público francés. En el pueblo de Mériel –donde Gabin pasó su infancia– existe un museo llamado, precisamente, Jean Gabin.
miércoles, 27 de julio de 2011
Henry Fonda (Grand Island, Nebraska, E.E.U.U., 16 de mayo de 1905)
Su trayectoria en cine se extendió durante 46 años, hasta su muerte. Desde su debut cinematográfico (1934) –previamente había actuado en teatro– tuvo a cargo personajes protagónicos. Actuó en más de 100 films. Destacó por la naturalidad de su estilo interpretativo. Es considerado como una de las estrellas masculinas más importantes que dio Hollywood hasta la fecha.
Al principio intervino fundamentalmente en comedias románticas o en melodramas, que aprovecharon su excelente presencia física, como galán de actrices consagradas (Janet Gaynor, Sylvia Sydney, Bette Davis). En esa primera etapa destaca “Sólo se vive una vez” (Fritz Lang; 1937), un antecesor del policial negro. Con “Jezabel la tempestuosa”, logró gran popularidad y la posibilidad de interpretar personajes más complejos, en importantes películas como “Viñas de ira” (John Ford; 1940), “El regreso de Frank James” (Fritz Lang; 1940), “Conciencias Muertas” (William Wellman; 1943), “Pasión de los fuertes” (John Ford; 1946) y “Sangre de héroes” (John Ford; 1948). Aunque en este período cabe destacar, asimismo, su exitoso paso por la comedia en “Las tres noches de Eva” (Preston Sturges; 1941). La década de los 40 significó, en definitiva, su consagración absoluta.
En esa década, Fonda sirvió en la Marina de Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial y ganó una Medalla de Bronce. Luego de filmar “Sangre de héroes”, dejó temporariamente el cine para dedicarse al teatro. Regresó siete años después, ya cincuentón, manteniendo su status de estrella. De allí en más, cabe destacar por sus méritos artísticos a films como “La guerra y la paz” (King Vidor; 1956), “El hombre equivocado” (Alfred Hitchcock; 1956), “Doce hombres en pugna” (Sidney Lumet; 1957), “Cazador de forajidos” (Anthony Mann; 1957), “La conquista del oeste” (varios directores; 1962), “El estrangulador de Boston” (Richard Fleischer; 1968) y “Érase una vez en el Oeste” (Sergio Leone; 1968).
En los ‘70 declinó la calidad de las películas que lo contaron como intérprete, aunque continuó filmando asiduamente. Intervino en algunos westerns de escasa relevancia, en coproducciones que versan sobre aspectos de la II Guerra Mundial y que han envejecido bastante mal y en auténticos bodrios, como “Tentáculos” (Ovidio G. Assonitis; 1977) y “Meteoro” (Ronald Neame; 1979). Su penúltima película le significó una despedida digna, por la intensidad de su actuación, aunque se trató de una obra mediocre: “En la laguna dorada” (Mark Rydell; 1981).
Fue uno de los actores protagónicos favoritos de John Ford, quien lo dirigió en siete films. Precisamente, el gran director estadounidense dijo en una oportunidad “¿Usted ha visto caminar a Henry Fonda? Pues eso es el cine”. Sin embargo, actor y cineasta destacaron por sus fuertes personalidades y una pelea a puñetazos en 1955, durante el rodaje de “Escala en Hawai” (1955), puso fin a la relación entre ambos.
A pesar de su solidez como intérprete, sólo fue nominado dos veces para el Oscar en dos oportunidades. La preciada estatuilla le llegó en dos oportunidades. En 1980 se le concedió el Óscar honorífico por toda su carrera y, un año después, ganó como mejor actor principal por “En la laguna dorada”.
Es el padre de los actores Jane Fonda y Peter Fonda y abuelo de la también actriz Bridget Fonda. Falleció el 12 de agosto de 1982, en Los Ángeles, E.E.U.U. En el centenario de su nacimiento (2005), la Turner Classic Movies le honró con una maratón de sus films y la United States Post Office lanzó una estampilla con un dibujo artístico de Henry Fonda, como parte de su serie “Leyendas de Hollywood”.
Cate Blanchett (14 de mayo de 1969, Melbourne, Victoria)
Sin experiencia interpretativa previa, a los 18 años intervino como extra en una película rodada en Egipto. De regreso a su país, se dedicó a estudiar actuación en el Instituto de Arte Dramático Nacional de Australia. Trabajó inicialmente en teatro y en televisión. En 1994 inició su carrera cinematográfica, pasando en 1997 a Hollywood. En cine ha desarrollado una interesante labor, siendo considerada como una de las más valiosas actrices de la actualidad.
Como suele suceder, algunos de sus mayores éxitos no han sido sus mejores películas, como ha ocurrido con las flojas “Veronica Guerin” (Joel Schumacher; 2003), “Escándalo” (Richard Eyre; 2006) y “El curioso caso de Benjamin Button” (David Fincher; 2008), o con la sobrevalorada “Babel” (Alejandro González Iñárritu; 2006).
Con menos de 20 años en el cine, Cate Blanchett es una de las actrices contemporáneas más nominadas a diversos galardones. Fue considerada en cinco oportunidades para el Oscar, obteniendo uno, como mejor actriz de reparto por “El aviador”, en donde encarnaba a la gran Katharine Hepburn. Por su parte, obtuvo siete nominaciones para el Globo de Oro, con dos triunfos: mejor actriz dramática por “Elizabeth” y mejor actriz de reparto por “I'm not there”.
Es una actriz particularmente dotada para el drama. Con una altura destacada, un cuerpo delgado y un rostro anguloso, posee un tipo de belleza poco convencional. ¡Feliz cumpleaños, Cate!
Katharine Hepburn (Hartford, E.E.U.U., 12 de mayo de 1907)
Nacida en el seno de una familia acomodada, de ascendencia irlandesa, estudió Filosofía y arte interpretativo. Comenzó su carrera de actriz en el teatro y en 1932 pasó al cine, en un papel protagónico. Obtuvo su primer Oscar luego de su tercer film. A partir de allí desarrolló una notable carrera, tanto en cine como en teatro. Es considerada como una de las más grandes actrices cinematográficas de todos los tiempos. Su trayectoria en el séptimo arte abarcó siete décadas, aunque su filmografía no fue de las más profusas (45 películas), fundamentalmente porque a partir de los ‘60 espació la labor en los sets.
Brilló tanto en el drama como en la comedia. George Cukor fue quien la dirigió en más oportunidades (ocho). Además, trabajó a los órdenes de otros importantes cineastas: John Ford, Howard Hawks, Frank Borzage, Vincente Minnelli, Elia Kazan, Frank Capra, John Huston, Joseph Mankiewicz, Sidney Lumet y Tony Richardson. Entre las películas que protagonizó puede destacarse a: “La adorable revoltosa” (Howard Hawks; 1938), “Vivir para gozar” (George Cukor; 1938), “Pecadora equivocada” o “Historia de Filadelfia” (George Cukor; 1940), “La mujer del año” (George Stevens; 1942), “Corrientes ocultas” (Vincente Minnelli; 1946), “La costilla de Adán” (George Cukor; 1949), “La reina africana” (John Huston; 1951), “De repente, en el verano” (Joseph Mankiewicz; 1959) y “Un equilibrio delicado” (Tony Richardson; 1973).
Katharine Hepburn fue galardonada con el Oscar en cuatro oportunidades. Hasta la fecha es el personaje de la actuación que más veces ha obtenido ese premio. Obtuvo doce nominaciones; todas ellas como actriz principal. Paradójicamente, las películas que le acreditaron la célebre estatuilla dorada no están entre las mejores de su filmografía: “Mañana de gloria” (Lowell Sherman; 1933), “¿Sabes quién viene a cenar?” (Stanley Kramer; 1967), “El león en invierno” (Anthony Harvey; 1968) y “En la laguna dorada” (Mark Rydell; 1981), aunque es notable la labor que desarrolló en cada una de ellas.
Durante el rodaje de “La mujer del año” conoció a Spencer Tracy, su coprotagonista. Ambos iniciaron una relación sentimental que duró hasta el fallecimiento del actor, en 1967. La pareja Hepburn-Tracy actuó en nueve films. Cary Grant fue también un gran compañero cinematográfico de la Hepburn; se los reunió en cuatro oportunidades. Otros importantes actores que acompañaron a Katharine fueron John Barrymore, Fredric March, James Stewart, Robert Mitchum, Humphrey Bogart, Burt Lancaster, Montgomery Clift, John Wayne y Henry Fonda.
La Hepburn se crió en un ambiente familiar de libertad, tolerancia y apego por la formación intelectual, lo que contribuyó a modelar su personalidad. Fue una mujer de marcado temperamento y firmeza en sus convicciones, a la par que inteligente, culta y de ideas progresistas. Como muestra de su carácter fuerte hay que decir que jamás concurrió a recibir los Oscars que ganó, pues siempre fue crítica de la banalidad y de la frivolidad que dominaban la gala de ese premio.
Fue también una de las grandes damas del teatro estadounidense del siglo XX, Sin embargo, su estilo interpretativo cinematográfico se alejó siempre de la teatralidad excesiva y de la afectación. Sus personajes siempre mostraron dinamismo y una gran energía, pero supo contenerse cuando se requería una actuación más ensimismada. Poseía una excelente voz y –producto de su vocación deportista– una gran plasticidad corporal. Fue, indudablemente, una actriz magnífica. Al mismo tiempo, ha lucido en toda su carrera como una estrella incombustible.
No obstante, hacia fines de la década del 30, la carrera en el cine de la Hepburn pareció flaquear. Debido a malos resultados comerciales de varias películas sucesivas que protagonizó, fue atacada por la crítica y los productores la calificaron como "veneno para la taquilla". Se retiró del cine durante dos años para protagonizar en teatro “Historias de Filadelfia”, obteniendo un gran éxito. Ello le permitió regresar a los sets para la versión cinematográfica de tal obra, que fue bien considerada por el público y la crítica. A partir de allí, destacó en los ’40 como una gran especialista de la comedia romántica, particularmente en su emparejamiento con Spencer Tracy. Y permaneció durante el resto de su carrera como una estrella incombustible, un auténtico mito cinematográfico. Su tenacidad le permitió sortear aquella etapa crítica.
Publicó dos libros: “Cómo fui a Africa con Bogart, Bacall y Huston y casi pierdo la razón” y “Yo misma, historias de mi vida” (“Me”). En los ‘90 intervino en una única y última película “Love Affair”, con la dirección de Warren Beatty. Falleció el 29 de junio de 2003, a los 96 años.
Fred Astaire (Omaha, E.E.U.U., 10 de mayo de 1899)