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Ojo Cinéfilo
A los 4 años, Fred y su hermana Adele –dos años mayor– fueron inscriptos por su madre en una escuela de danza. En 1917 ambos debutaron en un musical de Broadway, en donde desarrollaron promisorias carreras. Adele dejó el espectáculo y en 1933 Fred debutó en el cine. Pronto se lo asoció a Ginger Rogers y ambos constituyeron la principal pareja de bailarines del cine de todos los tiempos. Fundamentalmente ligado a la comedia musical, se convirtió en una gran estrella, actuando en películas durante casi 50 años.
Su filmografía incluye a films musicales como “Volando a Río” (Thornton Freeland; 1933), “La alegre divorciada” (Mark Sandrich; 1934), “Sombrero de copa” (Mark Sandrich; 1935), “La melodía de Broadway de 1940” (Norman Taurog;1940), “Bailando nace el amor” (William A. Seiter; 1942), “Las nuevas follies de Zigfield” (Vincente Minelli y otros directores; 1945), “Brindis al amor” (Vincente Minnelli; 1953), “Papaíto piernas largas” (Jean Negulesco; 1955), “La bella de Moscú” (Rouben Mamoulian; 1957); “La cenicienta en París” (Stanley Donen, 1957) y “El valle del arco iris” (Francis Ford Coppola; 1968).
También intervino en algunas películas que nada tuvieron que ver con el musical, ni siquiera con la comedia, como “La hora final” (Stanley Kramer; 1959) y “Un taxi color malva” (Yves Boisset; 1977). Su último film pertenece al género de terror: “Ghost story” (John Irvin; 1981).
Fred Astaire ha quedado en la historia como el mejor bailarín cinematográfico de todos los tiempos. Su elegancia y su encanto destacaron en un conjunto de películas que muestran el glamour y la sofisticación del musical hollywoodense de los ‘30 y los ‘40. Además, Astaire supo demostrar dotes convincentes como cantante y solidez en el arte interpretativo.
Actuó en diez películas musicales con Ginger Rogers, constituyendo un dúo perfecto, al punto tal que durante bastante tiempo –aún después de 1939, cuando protagonizaron el último film juntos– el público siguió asociándolos en una entidad indivisible. Sin embargo, Fred continuó en el género que le dio gloria, con otras importantes compañeras de danza, como Eleanor Powell, Rita Hayworth, Lucille Bremer, Judy Garland, Cyd Charisse, Leslie Caron y Audrey Hepburn. También interpretó pasos coreográficos junto a otro eximio danzarín del cine: Gene Kelly.
Fue un bailarín virtuoso y perfeccionista, con capacidad innovadora. Sus dotes al respecto fueron reconocidas por grandes nombres de la danza, como Rudolf Nureyev, Margot Fonteyn, Mikhail Baryshnikov y Gregory Hines. Tuvo serias intenciones de retirarse del cine en 1946, para abrir una cadena de escuelas de baile, pero fue convencido por los ejecutivos de la productora Metro-Goldwyn-Mayer para retornar en 1948.
Recibió dos Oscars, el primero honorario, por su contribución al arte cinematográfico (1949) y luego fue mejor actor de reparto por “Infierno en la torre” (1974). Falleció el 22 de junio de 1987, en Los Angeles.
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