sábado, 30 de julio de 2011

“Rompecorazones” (“L’arnacoeur”)

Origen: Francia (2010). Dir: Pascal Chaumeil. Guion: Laurent Zeitoun, Jeremy Doner y Yoann Gromb. Fotografía: Thierry Arbogast. Montaje: Dorian Rigal Ansous. Música: Klaus Badelt. Producción: Nicolas Duval Adassovsky, Yann Zenou y Laurent Zeitoun. Protags: Romain Duris, Vanessa Paradis, Julie Ferrier, François Damiens, Anthony Lincoln. Duración: 105 minutos.
Comedia romántica, en la línea de enredos a la estadounidense, derrocha sofisticación, glamour, lujo, lugares fotogénicos (el desierto marroquí, Mónaco, la Costa Azul) y velocidad. Posee los convencionalismos del género: el engaño, cierto cinismo, las situaciones inesperadas, los desencuentros, el arrepentimiento de uno o los dos protagonistas por su deshonestidad, el final feliz… Abundan los gags, la simpatía de los intérpretes y la seducción. Por momentos divertida, posee algunos baches narrativos que la convierten en una película parcialmente lograda.
  
Al comienzo se presenta como una comedia promisoria. Hay una interesante secuencia en donde se muestran las andanzas de Alex o Romain Duris –el galán con cara de caballo–, en su trabajo como seductor bajo contrato. Pero precisamente, el derroche de tanta sofisticación, lujo y fotogenia termina debilitando la historia. La abundancia de imágenes glamorosas se aproxima demasiado a la estética publicitaria (digamos que Pascal Chaumeil, el director, proviene de la publicidad). Y, aunque, el ritmo de la historia mantiene todo el tiempo su intensidad, la trama se hace algo previsible y no demasiado brillante.
Las situaciones cómicas más funcionales están a cargo de la pareja secundaria (Julie Ferrier y François Damiens). Marc (François Damiens) es el personaje más disparatado y por momentos se roba las escenas. Pero el galán con cara de caballo no desentona; Duris es un buen actor, con la suficiente versatilidad para desempeñarse eficientemente tanto en el drama como en la comedia. Cumple adecuadamente su papel de seductor expuesto a idas y venidas, desaires y hasta maltratos físicos. En cambio, Vanessa Paradis es bastante de madera en términos interpretativos y ello queda patente, prácticamente en todo el film.
“Rompecorazones” marca el debut cinematográfico de Pascal Chaumeil (su experiencia previa en la ficción abarca exclusivamente a la televisión, como director de miniseries). La película fue un gran éxito de público en su país de origen.   

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