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Ojo Cinéfilo
Nacido en una familia burguesa acomodada, se interesó por el cine desde temprano, aunque se animó a la dirección con 30 años cumplidos. Sus primeros trabajos fueron cortometrajes. Se impuso como un director importante a partir de su cuarto largometraje: la mítica “Roma, ciudad abierta” (1945). Siempre ha sido considerado uno de los padres del neorrealismo (junto con Visconti y De Sica), pero su aporte a la cinematografía ha sido aún más importante. Actualmente es considerado uno de los realizadores más innovadores e influyentes del cine mundial.
Sus tres primeros films fueron hechos durante el fascismo y debió acomodarse a las condiciones que ese régimen imponía. Tras la invasión de los alemanes a Italia entre 1943 y 1944, Rossellini pasó a ser un ferviente antifascista. Sintió que era necesario mostrar a través del cine el oprobio que el nazismo infligió al pueblo italiano. Ello implicó proponer una estética que situara al hombre en el centro de la reflexión cinematográfica. Los protagonistas de la película no eran los representantes de la burguesía o los militares. El protagonismo se dejó en manos del pueblo, de la gente de la calle. “Roma, ciudad abierta” no fue un éxito en Italia, pero sí un suceso mundial. Siguió “Paisá” (1946), también dentro de la estética neorrealista.
El neorrealismo de Rossellini se basaba en la descripción de la realidad que aparecía en las calles, eliminando el sentimentalismo y trabajando, en general, con actores no profesionales. Una mirada básicamente opuesta a la sofisticación, al glamour y a la estilización de la realidad. A continuación filmó una obra maestra: “Alemania año cero” (1947), que mostró los efectos de la posguerra en el país de los nazis e inició un período artístico de siete años, en donde dio a luz a diez films. El mismo coincidió con el “milagro económico europeo”, proceso que Rossellini retrató con escepticismo. “El amor” (1948), “Strómboli” (1949), “Europa ‘51” (1952) y “Viaje a Italia” pertenecen a esta etapa.
Muy probablemente, ese período fue el más brillante del cine de Rossellini. Evitó el discurso optimista y frívolo que se pretendía instalar oficialmente. Sus películas mostraban como el nazismo y el fascismo habían dejado huellas profundas en la sociedad. Además, la esperanza de la mejora económica no debía generar relaciones de producción injustas que llevaran a la deshumanización. Para plantear esta visión en sus historias, Rossellini se fue alejando del neorrealismo; ya no pretendía utilizar la cámara como espejo de la vida callejera, sino que recurrió a una nueva puesta en escena y a la reinterpretación de la realidad.
Ante la falta de éxito comercial de sus trabajos cinematográficos, se dedicó a trabajar en televisión. A comienzos de los ‘60 vio cómo sus conceptos de modernidad en el cine eran tomados por otros realizadores; entre ellos los vinculados a la Nouvelle vague francesa. Retornó al cine en la década siguiente, con “Año uno” (1974) y “El Mesías” (1975).
Roberto Rossellini estuvo unido sentimentalmente a la gran trágica italiana Anna Magnani a quien dejó para unirse en 1948 a otra actriz notable: Ingrid Bergman. Ésta abandonó su carrera en Hollywood y protagonizó seis films del director italiano, para luego regresar a E.E.U.U. Se separaron en 1957. De la unión nacieron tres hijos; uno de ellos es la modelo y actriz Isabella Rossellini.
Rossellini fue guionista de la mayoría de sus films. Murió en Roma el 3 de junio de 1977, a raíz de un ataque cardíaco. En general, sus películas no despertaron el interés masivo del público (algunas fueron grandes fracasos), pero como influencia creativa ha sido una de las figuras más importantes del cine.
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