Glenn Ford (Quebec, Canadá, 1 de mayo de 1916)

Desde niño en E.E.U.U., comenzó su carrera actoral en el teatro, para pasar al cine en 1939. Fue uno de los actores-estrella de Hollywood durante los ‘40, ’50 y ’60, aunque participó en películas hasta 1981 (incluso actuó en 1991 en un film televisivo). Saltó a la fama en “Gilda” (Charles Vidor, 1946), con el célebre cachetazo que le propinó a Rita Hayworth.

Entre 1943 y 1945, cuando era una joven promesa para el cine, interrumpió su carrera para servir a la Marina estadounidense en la Segunda Guerra Mundial, aunque, merced a la influencia de la compañía productora Columbia, permaneció la mayoría del tiempo en Hawai, en labores de escritorio y de entretenimiento de los soldados, sin participar en acciones bélicas.

La crítica jamás destacó a Glenn Ford por sus dotes interpretativas, pero sí supo llegar al gran público, siendo, en sus años de apogeo, un actor muy popular y protagonista principal de numerosos films. Nunca fue candidato al Oscar (ganó un Globo de Oro). Si bien sus caracterizaciones no muestran un gran histrionismo, su sobriedad y su versatilidad son estimables, lo que le permitió cubrir una variada gama de personajes. Trabajó en policiales negros, dramas, westerns, películas bélicas y hasta en comedias. Sin embargo, parte del público cinematográfico ha asociado fundamentalmente a Ford con el western. Es que intervino en 25 films de vaqueros. Fue uno de los actores más identificados con el cowboy norteamericano.

 

A diferencia de otras estrellas cuyo nombre se impone claramente sobre la calidad de su filmografía, puede decirse que Glenn Ford intervino en varias películas destacables: “Los sobornados” (Fritz Lang; 1953), “Human desire” (Fritz Lang; 1953), “Semilla de maldad” (Richard Brooks; 1955), “Jubal” (Delmer Daves; 1956), “El tren de las 3:10 a Yuma” (Delmer Daves; 1957), “Milagro por un día” (Frank Capra; 1961), “Los cuatro jinetes del Apocalipsis” (Vincente Minnelli; 1962), “Experiment in terror” (Blake Edwards, 1962) y “El amor llamó dos veces” (Vincente Minnelli; 1963).

Participó, asimismo, en otros films mucho menos logrados, pero bastante populares en su época, como: “La casa de té de la luna de agosto” (Daniel Mann; 1956), “Comenzó con un beso” (George Marshall; 1959), “Cimarrón” (Anthony Mann; 1960) y “Superman” (Richard Donner; 1978). Hacia fines de la década del 60 su estrella menguó y pasó a actuar en películas de bajo presupuesto. A partir de los ‘70 su filmografía se tornó escasa, encarnando roles secundarios, a la vez que realizaba intervenciones televisivas.

En 1987 fue homenajeado con el Premio Donostia en el Festival de Cine de San Sebastián. Pasado los 80 años, padeció de problemas cardíacos y de un ataque de apoplejía que lo recluyeron en su residencia de Beverly Hills (Los Ángeles). Falleció el 30 de agosto de 2006.    

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