sábado, 7 de enero de 2012

“Copia certificada” (“Copie conforme”)

Origen: Francia-Italia-Bélgica (2010). Dir y guion: Abbas Kiarostami. Prod: Marin Karmitz. Fotografía: Luca Bigazzi. Montaje: Bahman Kiarostami. Protags: Juliette Binoche, William Shimell, Jean-Claude Carrière, Angelo Barbagallo. Duración: 106 minutos.


Última película de Abbas Kiarostami, “Copia certificada” no fue filmada en Irán, sino en Italia y con un elenco europeo. Lejos de los personajes y de los paisajes polvorientos de su país, el gran director continúa, sin embargo, siendo fiel así mismo. Cierto es que hay más diálogo y que la protagonista femenina (Juliette Binoche) adquiere un rol bastante más significativo que en sus anteriores filmes. Pero la universalidad de la historia y la incorporación del paisaje –rural y urbano– a la trama, marcas indelebles del cine de Kiarostami, también están aquí presentes.
La escena inicial es admirable. Un primer plano minimalista, con una mesa, sillas, micrófonos y un libro. Un hombre avanza desde el lugar del público e inicia la presentación de alguien que va a disertar: un escritor inglés. Éste (interpretado por el cantante lírico William Shimell, en su primera actuación en cine) expone una serie de ideas sobre el tema de su libro (las copias y los originales en el arte). Entre el público está la Binoche, quien parece interesada por la disertación, pero al mismo tiempo se entretiene en una comunicación con su hijo mediante señas y, finalmente, abandona la sala.
Una anécdota así de sencilla y cotidiana inicia la relación entre ambos. Ella lo lleva en auto hacia un pequeño pueblo situado en la Toscana. Conversan sobre la tesis controvertida desarrollada en el libro: en arte no existen diferencias de calidad entre el original y su copia. Él, más intelectual y arrogante, se dedica a rebatir todo lo que ella dice. Ya en el pueblo, la historia da un giro: desde la amabilidad y el trato cuidadoso entre dos personas que acaban de conocerse se pasa a una serie de conflictos y reproches. Hay una ruptura dramática muy bien planteada, pero además, de identidad. Paulatinamente, la relación entre ambos aparece trastocada. Se llega a un momento en donde ya no se sabe si ambos personajes se han puesto a jugar a que son un matrimonio, o si la comedia se dio al inicio, jugando ahora los dos a desconocerse…
Tal disgresión es apasionante y no debería agobiar al espectador. Lo esencial es el juego de encuentros y desencuentros entre los dos personajes protagónicos, el cuestionamiento de la separación entre realidad y ficción y la reflexión sobre la volatilidad de las relaciones humanas y sobre el valor real del arte en la sociedad. Nuevamente comprobamos que el de Kiarostami es un cine intelectual, pero no a partir de una acumulación de frases “profundas” o de diálogos demasiado literarios, sino como noble elemento que nace de la narrativa fílmica. Por supuesto, no escasean aquí los planos de gran belleza, a la vez que sugestivos y poéticos.
Muy probablemente “Copia certificada” no alcance el nivel de perfección de “Detrás de los olivos” –absoluta obra maestra del cineasta iraní–, pero es una gran película, una obra que se eleva notablemente por sobre la medianía de los últimos estrenos. La actuación de Juliette Binoche es formidable. En una lograda escena, un espejo devuelve el bello y expresivo rostro de la actriz, quien, sin palabras, y con el simple acto de pintarse los labios y probarse unos pendientes, refleja impecablemente su agitado mundo interior y el deseo de seducir y ser amada. Por esta caracterización Juliette ganó la Palma de Oro en el Festival de Cannes 2010.    

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