viernes, 6 de enero de 2012

“Larry Crowne”. Origen: EE.UU. (2011)

Dir: Tom Hanks. Guion: Tom Hanks y Nia Vardalos. Prod: Tom Hanks y Gary Goetzman. Fotografía: Philippe Rousselot. Montaje: Alan Cody. Música: James Newton Howard. Protags: Tom Hanks, Julia Roberts, Cedric the Entertainer, Bryan Cranston, Pam Grier, Rami Malek, Rita Wilson, George Takei, Taraji P. Henson, Gugu Mbatha-Raw. Duración: 98 minutos. 

Esta película –la segunda que dirige Tom Hanks–, ha sido despiadadamente atacada por una parte considerable de la crítica especializada mundial. Es cierto que el comienzo impresiona como una propuesta que parece indagar en la inseguridad laboral actual que rodea al trabajador norteamericano, para luego cambiar hacia un planteo diferente. Uno cree que, presentado el núcleo dramático, se optará por el análisis de la realidad sociopolítica estadounidense. No es así, la historia es desarrollada en torno a su héroe –el del título, interpretado por Hanks–, un individuo que lucha para escapar de la adversidad, con buenas intenciones y nobles armas, despojando prácticamente a la trama de toda crítica al sistema.
“Larry Crowne” es una comedia romántica en la que pueden apuntarse varios defectos. Principalmente, la mirada ingenua y dulzona que rezuma el film es demasiado simplista y también cuestionable. La elección de Hanks por mostrar un personaje que intenta refundar su vida dentro del sistema, con optimismo y exclusivamente desde la superación individual, no hace justicia a la complejidad actual de la crisis que soporta la sociedad norteamericana y el mundo capitalista en general.
Sin embargo, debe reconocerse que la película está narrada con un buen ritmo que se sostiene hasta el final, con simpatía y situaciones generalmente bien resueltas. Evita el cinismo y trata las relaciones humanas con cierta delicadeza. Julia Roberts funciona adecuadamente como Mercedes Tainot, la profesora desencantada, nihilista y algo holgazana. El film se toma todo su tiempo antes de desembocar en el enamoramiento de la Tainot y su cambio de actitud. Además, el romance Larry-Mercedes es mostrado con extrema mesura. Todo ello no puede pensarse como una anomalía, sino que coincide con el tono sobrio que ha elegido Hanks para la narración.
 
Tampoco coincido con cierta generalización acerca de una actuación desganada de Tom Hanks. Su registro es preciso, sin muecas ni exceso de histrionismo. En una amplia galería de personajes secundarios algunos lucen demasiado estereotipados, como el que encarna Wilmer Valderrama (en la piel del líder de los de motoqueros). Pam Grier, quien brillara en “Jackie Brown” (Quentin Tarantino; 1997) es desaprovechada en un papel de poca trascendencia. Hay que destacar, en cambio, al personaje del profesor de Economía, eficientemente interpretado por George Takei. En síntesis, “Larry Crowne” no es una gran película, pero vale la pena que sea vista, por el correcto fluir de la historia, que no aburre en ningún momento, y por su estilo narrativo, que remite al buen cine clásico norteamericano.   

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